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lunes, 10 de junio de 2024

Unos días en los aguardos 4birding.

Cuestiones familiares me llevaron a viajar hacia Castellón hace unas semanas y una vez resueltas pude dedicar algo de tiempo a visitar algunos de nuestros aguardos.

El Tajuelo, 27 de mayo de 2024.

Linaria cannabina (pardillo común).
 
Empezaba el día con el frescor propio de los 1700 metros de altitud del Tajuelo, una agradable sensación acompañada por el sutil aroma de la vegetación de montaña y la alegre vivacidad de las coloridas aves.

Monticola saxatilis (roquero rojo).

Sin lugar a dudas una estupenda manera de comenzar la jornada.

Prunella modularis (acentor común).

 

Las Vacarizas, 27 de mayo de 2024.

Aquila chrysaetos (águila real).

Hacía ya algún tiempo que no me pasaba a saludar a nuestras amigas las águilas reales y, evidentemente, no iba a desperdiciar la ocasión de volver a emocionarme con su impresionante presencia.

Aquila chrysaetos (águila real).

Resulto muy reconfortante, por lo que significa, la ausencia de la hembra, espero que se encontrase en el nido atendiendo a la crianza. 

Aquila chrysaetos (águila real).

A pesar de que la balsa se encontraba vacía, por el proceso de remodelación que estaba llevando a cabo Chema y que ya ha concluido exitosamente, también se acercaron algunos pajaretes a los recién abastecidos comederos.

Emberiza cia (escribano montesino).

Saxicola rubicola (tarabilla europea).

El Navajo, 27 de mayo de 2024. El devastador paso de las ovejas.

Macroglossum stellatarum (esfinge colibrí).


Hay situaciones que son capaces de dejarme un tanto desolado y una de ellas es encontrarme alguno de nuestros hides en un estado lamentable, pero hay circunstancias incontrolables que escapan a nuestro alcance con las que hay que lidiar ocasionalmente y una de ellas es la devastadora visita del rebaño de ovejas al aguardo del Navajo. Para un rebaño de más de quinientas ovejas sedientas en busca de un abrevadero la pequeña balsa del hide y el depósito de doscientos litros no es tan apenas un efímero y frugal alivio con consecuencias graves para la instalación: posaderos derrumbados, observatorio deteriorado, balsa y depósito secos y movidos, comederos asolados...

Timon lepidus (lagarto ocelado).

Así que, con este panorama, poco podía esperar de mis sesión en El Navajo, algún insecto ávido del néctar de los cardos y el sediento lagarto ocelado agradecido por haber provisto de agua la balsa.

Bombus terrestris (abejorro común).

 

El Huerto, 28 de mayo de 2024.

Dendrocopos major (pico picapinos).

En esta época primaveral El Huerto siempre resulta entretenido, demasiado por momentos ante la febril actividad que presentan quienes lo visitan en busca de agua y alimento. 

Jynx torquilla (torcecuello euroasiático).

Cualquier sesión en este aguardo, por corta que sea, resultará intensa y muy gratificante.

Sitta europaea (trepador azul).

Muscicapa striata (papamoscas gris).

29 de mayo, El Navajo.

Corvus corax (cuervo grande).

Habiendo resuelto los desperfectos provocados por las ovejas el escenario lucía radiante y listo para regalarme una agradable matinal.

Lophophanes cristatus (herrerillo capuchino).

La disponibilidad de agua y alimento siempre resulta un reclamo efectivo y más en época de sequía.

Emberiza cirlus (escribano soteño).

Una vez acabada la sesión terminé de llenar el depósito que no había quedado completamente repleto en la visita anterior y a reparar los desperfectos en el frontal del aguardo que nos podían haber costado la rotura del cristal.
 

Las Salinas, 29 de mayo de 2024.

Lanius senator (alcaudón común).

A veces una visita relámpago para llenar la balsa puede proporcionarnos deliciosas sensaciones y hermosas instantáneas a pesar de la brevedad de la sesión.

Petronia petronia (gorrión chillón). 

Timon lepidus (lagarto ocelado).


Mar de fulles, 30 de mayo de 2024.

Streptopelia turtur (tórtola europea).

Uno de los aguardos que menos visitas recibe pero que atesora un tremendo potencial que, poco a poco, Toni va poniendo en evidencia con su trabajo.

Sylvia melanocephala (curruca cabecinegra).


Turdus merula (mirlo común).

Para despedirme de esta entrada os muestro algunas fotos que Chema obtuvo días después en El Huerto y El Navajo.

 

Strix aluco (cárabo común). El Huerto, 1 de junio de 2024.

Oriolus oriolus (oropéndola europea). El Huerto, 1 de junio de 2024.

Phylloscopus bonelli (mosquitero papialbo). El Navajo, 1 de junio de 2024.

Sylvia cantillans (curruca carrasqueña). El Navajo, 1 de junio de 2024.

Strix aluco (cárabo común). El Huerto, 1 de junio de 2024.

¡Hasta la próxima!.

 

 

 


jueves, 8 de abril de 2021

Reiniciando El Navajo

Tras mucho, pero que mucho tiempo sin poder subir a Arcos de las Salinas debido al cierre perimetral de las provincias, al fin, por motivos personales, obtuve el permiso para poder entrar los días 4 y 5 de Abril.

Tras realizar las tareas pendientes tocaba dar una vuelta por los observatorios para comprobar su estado tras el paso de todo el invierno, con nevadas importantes como las producidas por la borrasca Filomena.

El primer hide que visito es El Navajo, el estado del caseto es bueno tan solo recolocar la lona que tapa el cristal y, evidentemente, los depósitos de agua y comida están vacíos y hay que rellenarlos, cosa que realizo y finalmente recoloco algunos posaderos que el viento había tumbado.

También dejo los restos de unas carcasas de pollo que me sobraron de una sesión anterior en unos hides de la asociación Naturhide, de la que también soy socio, en las que realicé una magnífica sesión con los alimoches (Neophron percnopterus), pero como no bajaron los buitres leonados (Gyps fulvus) sobró mucha carne.

Si quieres ver las fotos de esa sesión pincha aquí 

El movimiento en el hide era nulo en ese momento, por lo que aproveche y fui al hide de La Isilla, que se encuentra frente a una fuente natural y esperaba tener más aves. Tampoco entraron muchas pero en apenas una hora me visitaron algunas como las siguientes:

Curruca capirotada (Sylvia atricapilla)
    
Petirrojo europeo (Erithacus rubecula)

A media mañana ya vuelvo a subir al Navajo pues el movimiento en las alturas era espectacular esperando que alguna se deje ver por el escenario del hide, pero no es así, apenas un par de aves, el omnipresente pinzón vulgar y el mirlo común.

Pinzón vulgar (Fringilia coelebs)

Como la cosa pintaba flojilla decido salir al ajibe próximo que tenía agua y usar el coche como hide, allí la cosa cambia, todas las especies que observaba en el llano entraban allí, multitud de pardillos, piquituertos, pinzones, carboneros, mirlo capiblanco, pico picapinos, pito real, milano negro, ratonero...aunque no todos ellos tienen foto, aquí tenéis alguna de ellas.

Piquituerto común (Loxia cuervirostra)

Mirlo capiblanco (Turdus torquatus).

Piquituerto común (Loxia curvirostra).

Al medio día decido volver al hide para comer tranquilamente mientras observo si entra algo y entonces sucede la sorpresa, del cielo empiezan a llover buitres, cuervos y cornejas, se ve que todos los animales pensamos que era la hora de comer.

Buitre Leonado (Gyps fulvus).

Buitre leonado (Gyps fulvus).

Cuervo grande (Corvus corax).

Buitre leonado (Gyps fulvus).

Buitre leonado (Gyps fulvus).

Buitre leonado (Gyps fulvus).

Buitre leonado (Gyps fulvus).

Buitre leonado (Gyps fulvus).

Buitre leonado (Gyps fulvus).

Buitre leonado (Gyps fulvus).
Ya a media tarde decido terminar la sesión pero saliendo aún doy una vuelta por los alrededores para observar a las especies recién llegadas a pasar el verano con nosotros como:

Collalba rubia (Oenanthe hispanica).

Collalba rubia (Oenanthe hispanica).

Alondra común (Alauda arvensis).

Una jornada intensa y preciosa que ya satisfecho doy por terminada.

Si queréis ver mas fotos de esta jornada pincha aquí.



jueves, 21 de marzo de 2019

El Navajo, 19 de marzo de 2019.

El día amanecía frío y gris, las condiciones climatológicas no parecían las más adecuadas para una jornada de fotografía ornitológica, pero a pesar de ello el aguardo de El Navajo siempre tiene alguna sorpresa preparada.

Tras verter un poco más de agua en la balsa para descongelarla procedimos a instalarnos cómodamente en el hide, sus casi dos metros y medio de ancho lo permiten. Antes de que acabásemos de montar los equipos ya teníamos allí a los primeros visitantes, los herrerillos capuchinos, auténticos dueños del territorio a pesar de su pequeño tamaño.


Lophophanes cristatus, El Navajo. 

Casi simultáneamente, por entre las largas sombras del amanecer, llegó el mirlo común.


Turdus merula, El Navajo.

Su primo, el zorzal charlo, tampoco se hizo muy de rogar y no dudó, a lo largo de toda la mañana, en regalarnos sus elegantes posados.


Turdus viscivorus, El Navajo.

Los más pequeños casi llegaron a la vez, primero el reyezuelo listado


Regulus ignicapilla, El Navajo.

y un momento después el mito.


Aegithalos caudatus, El Navajo.

La luz no era la más adecuada, pero la sesión había empezado con mucha intensidad.

El precioso arrendajo eurasiático apareció por entre la espesura de la pinada ahuyentando al resto de los visitantes.


Garrulus glandarius, El Navajo.

Una pareja de cornejas comunes también se acercaron para defender su territorio desde las copas de los pinos de un milano negro en migración (lástima de foto).


Corvus corone, El Navajo



Inmediatamente después fueron los cuervos grandes los que se acercaron inquietos, alguien más tenía que estar merodeando por los alrededores del aguardo. En las alturas, sin bajar, descubrimos la presencia de tres buitres leonados.


Corvus corax, El Navajo.



De repente una enorme sombra cruzo por delante de la ventana de nuestro escondite, los buitres pensamos, pero antes de que pudiéramos prepararnos para fotografiar al nuevo visitante...


Aquila chrysaetos, El Navajo.



... ¡El águila real! 😱😱😱

La sorpresa fue mayúscula, era la primera vez que entraba al Navajo. Con razón estaban tan inquietos los cuervos. Ya había valido la pena el madrugón.

A pesar de la brutal presencia del águila, el resto de visitantes habituales fueron acudiendo a su cita con el teleobjetivo:

El pinzón vulgar,


Fringilia coelebs, El Navajo.

los carboneros, el común


Parus major, El Navajo.

y el garrapinos,


Periparus ater, El Navajo.

el petirrojo europeo, tímido en esta ocasión, se mantuvo a cierta distancia.


Erithacus rubecula, El Navajo.

Muy frecuente esta temporada y en mayor número que en otras ocasiones el verderón común.


Chloris chloris, El Navajo.

Distinto es el caso de los pardillos comunes que, de un tiempo a esta parte, se hacen más de rogar.


Carduelis cannabina, El Navajo.

Una pareja de alondra totovía anduvo "ramoneando" toda la mañana por los alrededores del aguardo,


Lullula arborea, El Navajo.

al igual que otra de escribano soteño.


Emberiza cirlus, El Navajo.

Fugaz fue la visita de la hembra de colirrojo tizón, aunque siempre es agradable disfrutar de su discreta belleza.


Phoienicurus ochruros, El Navajo.

Pero aun tendríamos alguna sorpresa más. Dos comunes visitantes en temporadas anteriores que en esta se habían prodigado muy escasamente:

El acentor común


Prunella modularis, El Navajo.

y el deseado mirlo capiblanco.


Turdus torquatus, El Navajo.

Sin foto, pero también pasaron por delante del aguardo, se quedaron el milano negro, los buitres leonados, el cernícalo vulgar, el escribano montesino y la abubilla.

Hasta ocho especies llegaron a coincidir a la vez, veinticinco especies avistadas, veinte fotografiadas, tres entradas del águila real, una auténtica fiesta ornitológica que nos hizo disfrutar de nuestra pasión.

Unos días en los aguardos 4birding.

Cuestiones familiares me llevaron a viajar hacia Castellón hace unas semanas y una vez resueltas pude dedicar algo de tiempo a visitar algun...