domingo, 27 de septiembre de 2020

Más de sesenta especies fotografiadas en El Navajo

Cuantas alegrías nos proporciona El Navajo, el primer hide que montó José María años atrás. 

Aún recuerdo la primera sesión en aquel chamizo desvencijado que amenazaba con venírsenos encima a cada envite del viento, lleno de agujeros mal tapados con lona permitía escuchar cualquier aleteo de los pajarillos que se cobijaban en el arbusto de al lado generando en mí la emoción de el inminente encuentro con ellos.

Ha llovido (y nevado) mucho desde entonces, han sido miles las fotos, miles las sensaciones, muchas las alegrías, algunas decepciones y un susto brutal cuando llegamos una tarde de enero y encontramos nuestro flamante hide nuevo volcado y medio reventado por causa de un vendaval.

El Navajo no defrauda, más de sesenta especies de aves hemos fotografiado desde él, como tampoco defraudan La Isilla, Las Vacarizas o El Huerto, el hide de Las Salinas apenas cuenta con diez días instalado y seguramente hasta la primavera no dará muestras de su potencial.

Pasar un par de días de pajareo en Arcos de las Salinas es, al menos para mí, garantía de placer y diversión.

El doce de septiembre por la mañana decidimos probar con Las Vacarizas. Los habituales escribanos montesinos...

Emberiza cia (escribano montesino).

...llegaron acompañados de un ejemplar muy especial, tremenda e impresionante sorpresa, un montesino leucístico.

Emberiza cia (escribano montesino).

También nos sorprendió el hecho de que sus primos, los escribanos soteños, continuasen cebando a sus persistentes jovenzuelos.

Emberiza cirlus (escribano soteño).

Los habituales, que no son pocos, siempre se acercan por la balsa, a pesar de ser conscientes de que en cualquier momento puede aparecer el águila real.

Saxicola rubicola (tarabilla europea).

Phoenicurus ochruros (colirrojo tizón).

Parus major (carbonero común).

Lullula arborea (alondra totovía).

Fringilia coelebs (pinzón vulgar).

Son los vecinos más habituales, pero hay que ver lo hermosos que son y lo bien que posan, ¿cómo no vamos a estar encantados con ellos?

Tampoco es raro de ver el roquero solitario, al que durante todo el verano hemos podido observar persiguiendo a sus presas desde el muro del corral o bañándose profusamente en la charca.


Monticola solitarius (roquero solitario).

Alguna de las curiosidades de Las Vacarizas, dado que estamos a mil quinientos metros sobre el nivel del mar, son las currucas cabecinegras.

Sylvia melanocephala (curruca cabecinegra).

Y, como no, siempre cabe la posibilidad de alguna sorpresa, aunque este precioso amigo ha estado rondando el hide durante las tres últimas semanas.



Jynx torquilla (torcecuello euroasiático)

Precioso el torcecuello que quiso poner la guinda a una deliciosa mañana pajarera que no quisimos alargar para poder tener tiempo para trabajar por la tarde en la construcción del aguardo de Las Salinas.

Al día siguiente, antes de que amaneciese y cansados por la paliza que nos habíamos pegado en Las Salinas, nos encaminamos hacia El Navajo a recargar energía para la sesión de trabajo de la tarde.

Que hermoso, excitante y estresante resulta el no saber a que bichete apuntar con el teleobjetivo de la enorme cantidad que hay. Hubo momentos en los que coincidieron hasta cinco especies diferentes y más de veinte individuos en la charca. Mejor vivirlo que leerlo.

Serinus serinus (serín verdecillo).

Phylloscopus trochilus (mosquitero musical).

Periparus ater (carbonero garrapinos).

Parus major (carbonero común).

Lophophanes cristatus (herrerillo capuchino).

Fringilia coelebs (pinzón vulgar).

Erithacus rubecula (petirrojo europeo).

Y aun nos quedaban algunas preciosidades más que disfrutar...

Turdus viscivorus (zorzal charlo).

Hasta quince zorzales charlos llegaron a coincidir junto a dos pico picapinos y un pito real, además de algunos pinzones y verdecillos que también se sumaron a la fiesta.

Loxia curvirostra (piquituerto común) y patas de zorzal charlo.

Era tal la falta de espacio en los posaderos que llegaron a vivirse momentos de gran tensión.

Loxia curvirostra (piquituerto común).



Dendrocopos major (pico picapinos).


Picus viridis (pito real).

Dos jornadas intensas pero muy gratificantes, un buen montón de especies fotografiadas tanto en Las Vacarizas (pincha aquí para ver más) como en El Navajo (aquí tienes más fotos) y un hide nuevo listo para empezar a probar.

Todo esto lo tienes a tu disposición haciéndote socio de 4birding. Por menos de la mitad de lo que cuesta una sesión en un hide puedes acceder, al menos una vez al mes, a los ocho aguardos que tenemos en funcionamiento, cinco en Arcos de Las Salinas y tres en Albacete. 

Ven a disfrutar del pajareo con 4birding.

¡Hasta la próxima!

martes, 22 de septiembre de 2020

Y por fin llegó el día (con batería hasta el final)

La jornada iba a ser larga y, como siempre en el Picayo, seguramente provechosa. Almuerzo y comida en la fiambrera, agua que no falte, los ventiladores y el power bank listos por si apretaba el calor y, por supuesto, tras el fiasco de la batería en aquella otra sesión ya llevaba la lección bien aprendida, pila cargada y otra de repuesto. Todo preparado para la gran cita.

La realeza no tardó en aparecer en forma de un simpatiquísimo y tragón colirrojo real (Phoenicurus phoenicurus).

Phoenicurus phoenicurus (colirrojo real)

Phoenicurus phoenicurus (colirrojo real)
Siempre me emociona la visión de tan hermoso e inquieto pajarillo.

Frecuente, discreto, pero por ello no menos bello, el pinzón vulgar (Fringilia coelebs), también es un regalo para los ojos.

Fringilia coelebs (pinzón vulgar)
Gratificante para los ojos pero una pesadilla casi siempre para el objetivo resulta el herrerillo capuchino, incapaz de estar quieto ni siquiera un segundo.

Lophophanes cristatus (herrerillo capuchino).
Aunque el trepador azul no le va a la zaga ni en belleza, ni en acrobacia, ni en inquietud.

Sitta europaea (trepador azul)

Sitta europaea (trepador azul)
Y así, entre auténtica belleza natural, transcurría la mañana, emocionante a la par que plácida y tranquila disfrutando de los habituales del lugar. 

Aunque siempre puede surgir alguna sorpresa tras las encinas...

Capra pyrenaica (cabra hispánica)

Capra pyrenaica (cabra hispánica)
Todas las sesiones se acerca a visitarme luciendo su elegante librea, prudente y discreto, el escribano montesino, buscando el agua para refrescarse y dejar listo su plumaje tras el baño.

Emberiza cia (escribano montesino)

Emberiza cia (escribano montesino)
Mucho más sorpresiva y fulgurante resulta la llegada del pico picapinos que inmediatamente capitaliza la atención de mis ojos que se deleitan con sus contrastados colores.

Dendrocopos major (pico picapinos)

Dendrocopos major (pico picapinos)

Dendrocopos major (pico picapinos)
Y el espectáculo que no cesa, la belleza próxima, casi doméstica en ocasiones, que nos procura la naturaleza. Un precioso macho de mirlo común.

Turdus merula (mirlo común)

Turdus merula (mirlo común)
Una incesante nómina de vecinos, a cual más llamativo, que han decidido amenizar el tiempo de espera hasta la gran cita aunque, sorprendentemente, también se cuelan invitados absolutamente inesperados...

Sturnus unicolor (estornino negro)

Sturnus unicolor (estornino negro)
La música y la algarabía la ponen los piquituertos con sus incesantes trinos.

Loxia curvirostra (piquituerto común)

Loxia curvirostra (piquituerto común)
De repente una enorme sombra cruza la balsa, todos los visitantes desaparecen, la adrenalina fluye aunque la experiencia me dice que aun tendré que esperar, que se trata de una primera pasada para controlar que todo está en orden. La vuelta de los arrendajos a la balsa así lo confirma.

Garrulus glandarius (arrendajo euroasiático).
Pero es innegable que el gran momento ya está muy próximo. Otra voz de alarma, otra desbandada general. Contra el viento, sin realizar una parada previa en la copa del más alto pino, directa a su posadero.

Aquila chrysaetos (águila real)

Aquila chrysaetos (águila real)

Emocionado pulso una y otra vez el disparador de mi cámara. Es impresionante.

La guinda de un impresionante la jornada ya está puesta, tras su marcha vuelve la normalidad a la charca. La vida se celebra con baños, persecuciones, tragos y comida. Al cabo de un buen rato, cuando disminuye la presencia de nuestros amigos, empiezo a recoger para volver satisfecho a casa.

Aquí tienes el resto de fotos de esta sesión. Queremos compartir contigo estas experiencias, hazte socio de 4birding y disfruta de la naturaleza en directo.

¡Hasta la próxima!





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  Sigue en marcha nuestro particular Maratón Ornitológico prenupcial, una iniciativa con la que pretendemos acercar nuestros aguardos a tod...