miércoles, 30 de diciembre de 2020

Por las marjales del norte de Sagunto

En esta ocasión voy a tratar de explicar mis visitas a las zonas húmedas que se localizan el norte de la ciudad de Sagunto. Lo primero intentar explicar la formación de estos humedales. Originalmente se trataría de una enorme llanura inundable que abarcaría desde la ciudad de Valencia hasta la de Castellón pero las distintas actuaciones humanas han ido disgregando esta gran laguna en una multitud de pequeñas marjales que salpican todo el litoral valenciano. La formación de estos hábitats se debe a que, aunque no nos demos cuenta, la península ibérica se esta levantando por el este y se hunde por el oeste de ahí las gran extensión de la zona mareal levantina y la formación de las rías en Galicia por poner algún ejemplo. Dentro de estas formaciones hay lagunas permanentes que se suministran de agua por tener "ullals" (ojos, en otras zonas de España), nacimientos de agua en sus inmediaciones, cuyas mejores representaciones serian los estanys de Almenara y lagunas más temporales que dependen de la cantidad de precipitaciones caidas ese año, en este caso en este caso la marjal de Almardá en Sagunto sería su mejor representante. Por otra parte de cercanos manaderos de agua de las sierras cercanas bajan en dirección al mar infinidad de canales y acequias de agua que, periódicamente, inundan campos de cultivo dedicados al arroz, a los melones y sandías y cítricos principalmente. En esta época la mejor opción es acercarse a la zona de arrozales en término de La llosa y Xilxes, donde pude encontrar aves tan interesantes como la avefría
O la garcilla bueyera
Recientemente se han asentado una gran colonia de moritos
Pero también podemos encontrar aves típicamente de los humedales como el martín pescador
El esquivo rascón.
Y depredadores tan interesantes como la recientemente introducida Águila pescadora.
O incluso otras rapaces que aprovechan la abundancia de estas zonas para sus razzias de caza como el Azor.
O el Cernícalo vulgar.
Pero además dando vueltas por estas grandes extensiones de cañas y carrizales podemos encontrarnos con la sorpresa de ver aves tan esquivas como el impresionante avetoro.
Acercándonos a la zona de playa podemos observar aves que, siguiendo la línea costera, utilizan estas zonas para alimentarse y descansar como la alondra común.
Y en la misma costa aves que han decidido pasar aquí el invierno, pudiendo así observar su plumaje invernal, como el charrán patinegro
O la gaviota cabecinegra.
Espero que esta pequeña muestra de la riqueza ornítica de estas marjales sea de vuestro interés, en la próxima entrada os mostraremos la zona de la Marjal del Moro.

martes, 29 de diciembre de 2020

Tiempos de confinamiento

Como ya sucedió la vez anterior la imposibilidad de cambiar de provincia nos impide poder realizar las labores de mantenimiento de los observatorios de Teruel, por suerte Dani tiene la posibilidad de mantener los de la provincia de Albacete y ¡no veas el juego que esta dando!

Pero no todo esta perdido, aprovechamos esta circunstancia para llevar ha hacer mantenimiento de los equipos de fotografía y, en mi caso, adquirir un nuevo cuerpo y jubilar mi vieja Nikon D7000. Subo un escalón más para tener la Nikon D500 y nada más recibirla ardo en deseos de probarla.

Por suerte mi lugar de residencia es la ciudad de Sagunto y el entorno del lugar ofrece unas posibilidades impresionantes, al sur del término municipal la Marjal del Moro, reserva natural protegida con unos observatorios a orilla de playa buenísimos para la observación de aves, al norte las marjales de Almardá que forman una continuidad de zonas húmedas hasta bien entrada la provincia de Castellón, en esta zona se intercalan zonas protegidas y zonas donde se permite la caza ofreciendo una diversidad de hábitats muy interesantes. Por último la zona interior, que son las estribaciones de la sierra Calderona, parque natural de la Comunitat Valenciana.

Además la cercanía de La Albufera de Valencia permite la posibilidad de visitar uno de los humedales más importantes de la península ibérica.

En sucesivas entradas al blog intentare relataros mis visitas a estos espacios. 

Empezamos con L'Albufera valenciana, pues mi lugar de trabajo esta ubicado muy cerca de ella y ,claro, nada más recibir la cámara no pude resistir el llevarla y dar una vuelta antes de llegar a casa.

Fue apenas media hora pero L'Albufera nunca defrauda, sobre todo si conoces los sitios donde tienen querencia las aves, aunque hay que tener en cuenta que según las fechas va cambiando totalmente.

Nada más empezar un campo fangueado tiene un numeroso grupo de Chorlito dorado, mezclado con avefrías, combatientes y correlimos comunes.

Chorlito dorado europeo (Pluvialis apricaria)


Prosigo el camino encontrando infinidad de garzas, garcetas, gaviotas, moritos etc y entre todas ellas destacan las garcetas grandes, antaño unas aves muy escasas pero cada vez más abundantes por el litoral.


Garceta grande (Egretta alba)

Y por encima de todos ellos el depredador por excelencia de los humedales, el aguilucho lagunero. 

Aguilucho lagunero occidental (Circus aeruginosus)

Pero la sorpresa aún estaba por llegar, como es habitual con su desconfiado carácter, en uno de los campos de arroz, allí donde no hay camino ni posibilidad de acercarse si no es mojándote los pies estaba ella, la cigüeña negra.

Cigüeña negra (Ciconia nigra).

Ya para despedirme una vista al horizonte donde descubro, con añoranza, las cumbres nevadas de Javalambre con el imponente pico del Buitre en el que podemos vislumbrar el observatorio astronómico de Arcos de las Salinas.


lunes, 28 de diciembre de 2020

Si no estás... ¡Te lo pierdes!

Hoy era uno de esos días de los que cuando miras al cielo, escuchas el viento y lees la previsión meteorológica piensas que, sin duda, mejor te quedas en la cama, porque, además, en la cama siempre hay cosas que hacer.

Emberiza cia (escribano montesino), aguardo El Picayo, 28 de diciembre.

Pero la responsabilidad, ayudada por mi punto estoico, ha podido más de el confort del lecho calentito y acogedor, así que, cargado con todos los cachibaches propios de la observación de aves y el mantenimiento de los aguardos, me he encaminado atravesando un vendaval y una granizada hacia El Picayo.

Fringilia coelebs (pinzón vulgar), aguardo El Picayo, 28 de diciembre.

Granizo, viento, lluvia, frío y nieve, un completo catálogo de fenómenos climatológicos en apenas cuarenta y cinco kilómetros de recorrido que se han empeñado en volver a presentarse durante las dos primeras horas y media de la sesión. 

Chloris chloris (verderón común), aguardo El Picayo, 28 de diciembre.

Curiosamente, a pesar de lo desapacible de la mañana, verderones comunes, escribanos montesinos, pinzones vulgares y petirrojos han estado en el entorno de la balsa durante, prácticamente, toda la jornada.

Erithacus rubecula (petirrojo europeo), aguardo El Picayo, 28 de diciembre.

Os puedo asegurar que, aterido de frío como estaba y viendo como iban alternándose agua, hielo y nieve en golpear el cristal, he estado apenas a un impulso de recoger los bártulos y volver para casa pero claro, si no estás... te lo pierdes.

Loxia curvirostra (piquituerto común, hembra), aguardo El Picayo, 28 de diciembre.

Apenas ha llegado el mediodía a empezado a despejar el horizonte y a menguar ligeramente el ímpetu del viento y con esta mejoría se ha animado a saludar el pico picapinos, que ha visitado hasta en tres ocasiones la balsa y su tronco preferido.

Dendrocopos major (pico picapinos, macho), aguardo El Picayo, 28 de diciembre.

El resto de los vecinos no han dejado ni un momento los alrededores del aguardo, aunque algunos de los habituales, como el trepador azul, hoy han decidido quedarse al resguardo de su cobijo preferido. Fugaces han sido las visitas de los mirlos y arrendajos.

Los carboneros comunes también han pasado reiteradamente a abastecerse de grano y gusanitos.

Parus major (carbonero común), aguardo El Picayo, 28 de diciembre.

Las tres y media era la hora marcada para empezar a recoger y en ese preciso momento...

Aquila chrysaetos (águila real), aguardo El Picayo, 28 de diciembre.

... la primera entrada del águila real. Aterrizar, comprobar que alrededor está todo tranquilo, bajar de su regio pedestal, atrapar su comida y echar a volar para devorar su bocado en un lugar más reguardado.

Aquila chrysaetos (águila real), aguardo El Picayo, 28 de diciembre.

Apenas han transcurrido diez minutos cuando ha vuelto, en esta ocasión a lo más alto del más alto pino. Un instante de relax y... a volar de nuevo.

Aquila chrysaetos (águila real), aguardo El Picayo, 28 de diciembre.

Pero no se habían acabado las sorpresas, sin tiempo para mensajear a amig@s y conocid@s otro águila cruzaba a contraviento el horizonte del aguardo, en esta ocasión... ¡Un pajizo de imperial!

Aquila adalberti (águila imperial ibérica), aguardo El Picayo, 29 de diciembre.

Como para haberme marchado cuando el frío apretaba de lo lindo, y es que si no estás...¡Te lo pierdes!

Ya sabes que pulsando aquí encontrarás el resto de fotografías de esta inolvidable sesión.

¡Hasta el año que viene, Picayo!

miércoles, 23 de diciembre de 2020

Felicidad y satisfacción

Hoy no podía ir a ninguno de los aguardos de Albacete, estaban los tres ocupados por personas asociadas a 4birding, auténtica satisfacción comprobar que el trabajo de tantos meses se valora y se disfruta. De este modo podía dedicar la mañana a buscar posibles emplazamientos para nuevos aguardos disfrutando sin prisa de cuantos bichetes decidiesen cruzarse en mi camino.

Pero antes de salir de casa, mirando Twitter me he encontrado con una sorpresa mayúscula...

Ganador del tercer concurso de fotografía "El Herrerillo".

Menuda forma de empezar el día, han elegido una de mis fotos entre otras 438 ¡Cuanta alegría y satisfacción inesperadas!

Aquila chrysaetos (águila real), aguardo Las Vacarizas, 30/10/2019.

La verdad es que esa foto, siendo tremendamente emocionante y vital, apenas transmite lo que pude vivir aquella maravillosa jornada de finales de octubre de 2019 en nuestros hides de Arcos de las Salinas, pulsa aquí y ya me dices después de ver todas las fotos si tengo o no tengo razón.

Pero el día de hoy no se iba a quedar a la zaga, a pesar de las pocas fotografías que he podido hacer en mi recorrido, 47 especies observadas entre las que destacaría Branta leucopsis (barnacla cariblanca) incorporada como si fuese una más en el grupo de 200 Grus grus (grulla común) que están invernando por las tierras de Albacete, Elanus caeruleus (elanio común), 15 Philomachus pugnax (combatiente), 2 Tringa totanus (archibebe común), Tringa ochropus (andarríos grande), Lymnocriptes minimus (agachadiza chica), Rallus aquaticus (rascón europeo), Falco peregrinus (halcón peregrino), 3 Emberiza schoeniclus (escribano palustre) y Luscinia svecica (ruiseñor pechiazul).

Philomachus pugnax (combatiente), Mancha de Montearagón, 23 de diciembre de 2020.
A poco que hubiese querido acercarme a otra laguna próxima podría haber superado las cincuenta especies sin mucho problema, un lujazo de biodiversidad manchega.

Tringa ochropus (andarríos grande), Mancha de Montearagón, 23 de diciembre de 2020.

Pero aun quedaban un par de buenas noticias por recibir. Desde el aguardo de El Picayo nos llegaba la foto del display de la cámara del compañero que por allí se encontraba disfrutando de una jornada pajarera, sin duda, excelente..., 

Aquila chrysaetos (águila real), Aguardo El Picayo, 23 de diciembre de 2020.

una vieja amiga que ha decidido volver a saludarnos tras un tiempo desaparecida, la impresionante Aquila chrysaetos (águila real), esperemos que lo vuelva a hacer con asiduidad. Solo hay que salir a la naturaleza para encontrar toda la riqueza y diversidad que atesora, solo hay que acercarse a los hides para, además, poder sentirla, vivirla y disfrutarla en primera persona y a escasos centímetros.

Aquila chrysaetos (águila real), Aguardo El Picayo, 19 de septiembre de 2020.

Mientras tanto, por whatsapp, dos personas más se sumaban a nuestra asociación, poco a poco la familia crece y el proyecto se va asentando, todavía queda mucho por hacer, por construir, por desarrollar, pero ahora es el momento de saborear, por unos instantes, la felicidad y la satisfacción de jornadas tan intensas y espectaculares como la de hoy, como la de aquel 30 de octubre de 2019 en la que tuve el placer de ver como las dos águilas reales de la foto acabaron enfrentándose a una treintena de buitres leonados por defender su sustento ¿qué más le podemos pedir a este final de año?

¡Mucha felicidad para tod@s en estas fiestas del solsticio de invierno! 

¡Disfrutad sin medida, todo lo que podáis, que eso no os lo quitará nadie!

¡Hasta la próxima! ¡Nos vemos pajareando!

viernes, 18 de diciembre de 2020

A pesar del frío.

Capas y capas de ropa térmica me cubren todas las mañanas al encaminarme a los aguardos sin olvidar, por supuesto, mi gorro canadiense con borlas y muchas ganas de encontrarme con los amigos alados que, a pesar del frío, siguen visitando nuestros aguardos aunque sin madrugar en exceso.

Buteo buteo (busardo ratonero), aguardo Los Arcos, 12 de diciembre. Foto de Ricardo Beléndez.

Algunas visitas resultan especialmente agradables, como la del busardo ratonero que tres días antes ya había acudido a la cita con otro compañero al hide de Los Arcos.

Buteo buteo (busardo ratonero), aguardo Los Arcos, 15 de diciembre.

Buteo buteo (busardo ratonero), aguardo Los Arcos, 15 de diciembre.

Buteo buteo (busardo ratonero), aguardo Los Arcos, 15 de diciembre.

Buteo buteo (busardo ratonero), aguardo Los Arcos, 15 de diciembre.

Algo más de una hora compartiendo la vida con este precioso animal al que, curiosamente, acompañaron otros muchos que viendo que el depredador estaba muy entretenido con su comida acudieron a la balsa sintiéndose tranquilos y seguros ante otros depredadores más pequeños pero muy voraces como el gavilán que, curiosamente, pasó fugazmente tras la marcha del atiborrado ratonero.

Pica pica (urraca), aguardo Los Arcos, 15 de diciembre.


Las urracas sienten especial predilección por compartir mesa y mantel con las rapaces, llegando incluso a disputarles directamente algún bocado.

Serinus serinus (serín verdecillo), aguardo Los Arcos, 15 de diciembre.

Serinus serinus (serín verdecillo), aguardo Los Arcos, 15 de diciembre.


Los hasta entonces desconfiados verdecillos aprovecharon la presencia del "guardaespaldas" para reclamar también su aperitivo.

Passer montanus (gorrión molinero), aguardo Los Arcos, 15 de diciembre.


También parecían sentirse muy a gusto ante la presencia del ratonero los gorriones molineros y los verderones comunes.

Chloris chloris (verderón común), aguardo Los Arcos, 15 de diciembre.


Más desconfiado se mostró durante toda la sesión el carbonero común que me puso realmente difícil el poder sacarle alguna foto decente.

Parus major (carbonero común), aguardo Los Arcos, 15 de diciembre.


El que no duda en posar como un maestro, haya guardaespaldas o no, es el descarado petirrojo europeo.

Erithacus rubecula (petirrojo europeo), aguardo Los Arcos, 15 de diciembre.


Pero no solo sigo disfrutando en el aguardo de Los Arcos, La Casilla y El Picayo también me regalan momentos de gran belleza y sorpresas inesperadas.

Cyanistes caeruleus (herrerillo común), aguardo El Picayo, 17 de diciembre.


Un precioso amigo del que hacía algunas semanas no tenía noticias, el herrerillo común, volvió a dejarse ver para mi regocijo

Cyanistes caeruleus (herrerillo común), aguardo El Picayo, 17 de diciembre.

Cyanistes caeruleus (herrerillo común), aguardo El Picayo, 17 de diciembre.

Tampoco faltan a su cita con la cámara los electrizantes y enérgicos trepadores azules.

Sitta europaea (trepador azul), aguardo El Picayo, 17 de diciembre.

Sitta europaea (trepador azul), aguardo El Picayo, 17 de diciembre.

También quisieron regalarme los ojos y los oídos la pareja de piquituertos.

Loxia curvirostra (piquituerto común), aguardo El Picayo, 17 de diciembre.


Loxia curvirostra (piquituerto común), aguardo El Picayo, 17 de diciembre.

En esta ocasión, en lugar del macho, fue la hembra de pico picapinos la que se acercó a la balsa.

Dendrocopos major (pico picapinos), aguardo El Picayo, 17 de diciembre.

También los escribanos montesinos anduvieron durante toda la sesión luciendo palmito.

Emberiza cia (escribano montesino), aguardo El Picayo, 17 de diciembre.

Y en La Casilla pardillos y colirrojos, entre otros, disfrutan de su particular balneario.

Carduelis cannabina (pardillo común), aguardo La Casilla, 14 de diciembre.

Carduelis cannabina (pardillo común), aguardo La Casilla, 14 de diciembre.

Phoenicurus ochruros (colirrojo tizón), aguardo La Casilla, 14 de diciembre.

Phoenicurus ochruros (colirrojo tizón), aguardo La Casilla, 14 de diciembre.

Con toda esta plétora de modelazos..., ¿cómo voy a hacerme el remolón a pesar del frío que hace en el campo a primera hora de la mañana?

Si quieres ver el resto de fotografías de cada sesión solo tienes que pulsar en el nombre de cada uno de los aguardos o echando un vistazo a la tabla de evolución de los hides en este mes diciembre.

¡Nos vemos pajareando!





Unos días en los aguardos 4birding.

Cuestiones familiares me llevaron a viajar hacia Castellón hace unas semanas y una vez resueltas pude dedicar algo de tiempo a visitar algun...