martes, 26 de mayo de 2020

¡Qué bonita es la caza..., fotográfica, claro!

Llego sigiloso al aguardo, me acomodo para la espera, preparo sin prisas la herramienta y, prismáticos en mano, me dispongo a otear el terreno y a escuchar atentamente la sinfonía de cantos y trinos que ofrece el campo.

Alectoris rufa (perdiz roja), aguardo La Casilla.

De repente los cortos y secos cloqueos de un macho de nuestra preciosa perdiz roja resuenan en evidente aproximación. Me apresto a ojear por la mira, el dedo se tensa en el disparador y la respiración, sin acelerarse, se hace más intensa y profunda. Este no se me escapa.


Alectoris rufa (perdiz roja), aguardo La Casilla.

Correteando aparece tras unos matojos. Aprieto con resolutiva firmeza el disparador. ¡Acerté!. Vuelvo disparar y, de nuevo, de lleno. Así una vez, y otra, y otra. Cada disparo se transforma en una hermosa imagen que podré compartir con mis amistades a modo de inofensivo trofeo.


Alectoris rufa (perdiz roja), aguardo La Casilla.

Sigo disparando al confiado perdigacho hasta que desaparece, tranquilo e indemne, por el lateral del aguardo. En mi retina y en la tarjeta de memoria la maravillosa sensación de haber podido compartir unos instantes con tan bello animal, con la felicidad de saber que, seguramente, muy pronto podré volver a disfrutar con su presencia.

Alectoris rufa (perdiz roja), aguardo La Casilla.

No tardan en aparecer otras especies, en este caso especies protegidas, pero a mi me da igual, puedo dispararles a placer tantas veces como quiera, ni siquiera van a percatarse de mi presencia.


Emberiza calandra (escribano triguero), aguardo La Casilla.

Relajado puedo disfrutar de la enorme diversidad faunística que ofrecen nuestros paisajes, puedo conocer cada día mejor las características y comportamientos de todas las especies que encuentro, puedo compartir mi experiencia con todas aquellas personas que así lo deseen sin ningún rubor ni vergüenza, mi afición jamás perjudicará a la naturaleza que tanto amo.


Passer hispaniolensis (gorrión moruno), aguardo La Casilla.

Disfruto, por ejemplo, del cortejo que el macho de gorrión chillón, en pleno frenesí primaveral, dispensa a su pareja.

Petronia petronia (gorrión chillón), aguardo La Casilla.

Ella, relajada y tranquila tras un baño de tierra, ya está lista para preparar el nido con un puñadito de pelos de conejo que ha encontrado.

Petronia petronia (gorrión chillón), aguardo La Casilla.

Él, inquieto, sin parar de mover las alas, como si tuviese mucho calor y quisiera ventilarse, intenta reclamar su atención con su canto.

Petronia petronia (gorrión chillón), aguardo La Casilla.

Ella continúa en la playa de arena mirándolo sin darle mucha importancia. Él, henchido de amor, decide darlo todo iniciando un vuelo cernido sobre su amada.

Petronia petronia (gorrión chillón), aguardo La Casilla.

La ha convencido, con su bolita de acolchada pelusa en el pico, le invita a ir a su íntimo rincón.

Petronia petronia (gorrión chillón), aguardo La Casilla.

Pequeños placeres como este solo se pueden experimentar desde el más profundo respeto hacia la vida.

Upupa epops (abubilla), aguardo Los Arcos.

Mi reto, aprender y difundir cada día un poco más la belleza y la importancia de la naturaleza que nos envuelve, fomentar el respeto y el conocimiento por el medio que nos acoge y nos sustenta evitando generarle el más mínimo impacto negativo.

Oryctolagus cuniculus (conejo común), aguardo Los Arcos.

Esto es lo que hacemos y sentimos en 4birding, ¿te unes?

Milvus migrans (milano negro), aguardo Los Arcos.

Pulsando aquí podrás ver más imágenes de esta fructífera jornada de "caza" fotográfica.


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