Habíamos descubierto que el hide estaba ligeramente orientado hacia el Este, por lo que aprovechando que debíamos ir rellenar la balsa de agua nos pusimos manos a la obra para corregir su posición.
Pero también queríamos disfrutar, aunque solo fuera un ratito, de la fauna que se acerca por la charca a echar un trago o a refrescarse en sus aguas.
Carduelis carduelis (jilquero), aguardo El Picayo. |
Parece que los jilgueros ya han asumido como parte integrante de su paisaje cotidiano las instalaciones del aguardo, sintiéndose cada día más a gusto con los posaderos y la balsa.
Carduelis carduelis (jilquero), aguardo El Picayo. |
No tardamos demasiado en llevarnos una agradable sorpresa, una nueva especie que se acercaba a la charca para nuestro deleite.
Emberiza cia (escribano montesino), aguardo El Picayo. |
El escribano montesino que, además de aliviar su sed, tomó posesión de uno de los comederos.
Emberiza cia (escribano montesino), aguardo El Picayo. |
Otro escribano, en este caso el soteño, fue la segunda primicia de la jornada.
Emberiza cirlus (escribano soteño), aguardo El Picayo. |
La tercera primicia, el mito, cruzó por delante de nuestra posición para acabar emboscado en la carrasca de nuestra izquierda sin llegar a concedernos ni una sola imagen.
Ya en plenas tareas fuera del aguardo una descarada águila calzada se cernió casi sobre nosotros durante un buen rato en busca del desayuno.
Una agradable mañana de trabajo y disfrute en un entorno delicioso.
Aquí encontrarás alguna imagen más de esta sesión.
¡Hasta la próxima!
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